Cómo no quiero que Instagram se quede con mis recuerdos, desde 2020 guardo capturas de todo lo publicado y lo paso a analógico

Esta especie de diarios buscan recuperar la idea de álbum fotográfico, donde la fotografía era recuerdo, memoria y verdad.

Una arqueología contemporánea de mí misma y de la sociedad que nos rodea, un intento de salir de la pantalla, pasar mi archivo digital a analógico y recuperar el relato identitario.

En la pandemia inicié unos diarios, un archivo con mis pensamientos y le añadí todas las imágenes que publicaba en Instagram, imprimía, recortaba y pegaba las fotos en los cuadernos.

Desde finales de 2022, solo permanece el recuerdo visual, maqueto digitalmente y luego imprimo.

Pero el proyecto sigue.

Al final de la revista se puede ver el superávit audiovisual que produzco y comparto en instagram y la playlist de las canciones que han sonado ese mes.

Llevo 29 revistas las estoy documentando y se pueden ver aquí.

Esto es un archivo personal que solo enseño cuando presento otros proyectos de Memoria Cronoscópica.

(Noviembre 2022 - Actualidad)